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Más de tres siglos de dominio musulmán hicieron que la Palma de Mallorca que hoy conocemos viviera días de esplendor que todavía se reflejan en sus calles, en sus construcciones y en su propia urbanización. La ciudad musulmana se construyó en torno al agua y dio lugar a edificaciones que en la actualidad son emblema de la Palma árabe y parte importante de un rico legado cultural y patrimonial. Poner nuestros pies sobre esas huellas históricas es todavía posible en la actualidad.
La huella histórica árabe en Palma
El primer desembarco árabe del que se tiene constancia en Mallorca se remonta a principios del siglo VIII; en concreto, al año 707.Entonces, Adb Allah ibn Musa ibn Nusayr consiguió que los poderes de las islas -que se encontraban bajo la influencia bizantina- aceptasen un tratado de paz que implicaba el pago de un impuesto a la hacienda del Califato de Córdoba, así como el respeto de sus estructuras política, económica, social y religiosa.
Pero no fue hasta el año 902 cuando Mallorca se incorporó a Al-Ándalus de manera definitiva. Fue bajo la dinastía de los Omeyas y supuso el comienzo de una etapa de crecimiento y prosperidad que se refleja en lo que hoy en día es Palma (por entonces, Medina Mayurka).
Durante más de tres siglos (327 años), la dominación musulmana dejó su huella histórica y cultural en lo que hoy conocemos como la Palma árabe, donde todavía en la actualidad se conservan algunas costumbres provenientes de aquella etapa.
Fue en 1229 cuando las tropas de Jaime I El Conquistador acabaron con el dominio musulmán, que tan próspero fue para toda la isla.
El legado cultural árabe en Palma
Una de las principales aportaciones de la Palma musulmana fue la concepción de las poblaciones en torno al agua, elemento fundamental para la vida que puede advertirse todavía hoy en distintos enclaves de la isla.
La Font de la Vila -declarada Bien de Interés Cultural- es un manantial natural ubicado entre la Sierra de Tramuntana y el Pla de Palma. Está muy cerca de la facultad de Turismo de la Universidad de las Islas Baleares (UIB), en paralelo a la carretera de Valldemossa. La conocida entonces como ‘fuente del emir’ fue clave en el nacimiento de Medina Mayurka, igual que su pozo, construido por los ingenieros musulmanes a principios del siglo X.
Siguiendo el curso del agua, Palma se construyó como una ciudad amurallada, cuya puerta de entrada es la popular Porta Pintada, otra prueba que hoy en día nos demuestra la importancia cultural y patrimonial que el legado árabe tuvo en Mallorca.
Dentro de esas murallas encontramos numerosos elementos que nos evocan a la Palma musulmana, como los Baños Árabes (Banys Àrabs), que constituyen una de las grandes obras de la arquitectura de la época en la ciudad. No obstante, el único resquicio de este tipo de edificación que todavía se conserva en la actualidad son los Jardines de Can Fontirroig, un hammam o baño privado que se cree que perteneció a un noble de la época, alguien bien situado en la sociedad de la Palma árabe. En pleno centro de la ciudad, se trata de una edificación que sorprende por su cúpula y sus claraboyas. Estos baños datan del siglo XI y son una de las obras árabes mejor conservadas del legado musulmán en Palma.
Y, por supuesto, la huella cultural del dominio árabe en la isla cobra su máxima expresión en lo que hoy en día es el Palacio de la Almudaina, que entonces era el castillo del valí. Allí se ubicaba el alcázar, la residencia oficial de los altos mandatarios musulmanes, en torno a la cual se construyó una acequia y un entramado de canalizaciones que permitían regar los jardines y abastecer los baños de recreo.
Todo esto y mucho más puede conocerse en el Museo de Historia de la ciudad de Palma, situado en el emblemático Castillo de Bellver, curiosamente, una fortificación de la época post-árabe construida ya en el siglo XIV por Jaime II de Mallorca, uno de los pocos castillos de Europa de planta circular (y el más antiguo de todos).
Ocio para disfrutar de Palma musulmana
Para disfrutar de uno de los mejores planes de ocio que nos dejó la Palma musulmana, la mejor idea es dejarse llevar por la esencia de sus baños árabes. Pero, como los de los Jardines de Can Fontirroig -uno de los principales monumentos árabes en Palma de Mallorca- solamente pueden ser visitados como lugar de interés cultural y patrimonial, hay que adentrarse en Hammam Al Ándalus para vivir esa experiencia única en el corazón de la ciudad.
El agua nos transporta a esa época de esplendor en la Palma árabe, cuando los baños eran epicentro de reuniones sociales. Hoy, la música, los aromas, la luz y los contrastes de temperatura de las aguas nos permiten ir más allá, en busca del bienestar y del placer que podemos encontrar en un espacio inigualable.
Los silencios también forman parte de esa experiencia mágica que podemos vivir en Hammam, donde la calma reinante nos ayuda a desconectar del ruido del día a día y constituye una buena fuente de salud física y mental.
Dejarse llevar por esa atmósfera para conectar con nuestra naturaleza interior y completar la experiencia con un ritual o un masaje es el plan perfecto para disfrutar de la Palma musulmana y sentirnos parte de sus más arraigadas costumbres.
Dónde disfrutar de la comida árabe en Palma
Entre los numerosos elementos de la Palma musulmana que todavía hoy nos recuerdan el dominio árabe en la ciudad se encuentra su rico legado gastronómico.
Quienes quieran sumar otro placer más de esa impronta musulmana a su visita a la isla, pueden comer en alguno de sus excelentes restaurantes de comida árabe.
En Barmenia hacen un estupendo kebab de cordero y en Ankara Restaurante Kebab tienen comida árabe y turca muy sabrosa. En Rotana se pueden probar platos libaneses y en Argana Marracach Halal se puede disfrutar de muy buena comida árabe a buen precio.